Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón
El próximo martes 5 de noviembre la nación más poderosa del mundo (todavía), tendrá un nuevo o nueva presidente, por lo que dicho acto, por naturaleza, trae consigo un buen número de cambios en la política global, de los cuales, al ser los vecinos y socios comerciales más importantes de dicho país, México se encuentra sumamente ligado a los efectos que la elección estadounidense pueda tener.
Asimismo, es preciso recordar que, en 2024 coincidió la elección presidencial en ambos países, ya que, apenas en el mes de octubre rindió protesta la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y en poco más de un mes, será Estados Unidos quienes cuenten con un nuevo representante electo, por lo que, los cambios también generan momentos de incertidumbre que, si no se manejan de la manera correcta pueden traer consigo consecuencias en la relación de ambas naciones.
Comencemos por entender lo que sucede en la elección norteamericana, la cual se encuentra sumamente reñida según las últimas mediciones y, al igual que en la mexicana no ha estado exenta de controversias, ya que, al más puro estilo estadounidense el presidente en turno termina intentando su reelección, como lo fue el caso del aún presidente Joe Biden, el cual, conforme el paso de los primeros días de campaña demostró que su desgaste, aunado a su avanzada edad no le permitían competir contra un Donald Trump que, después de ser vencido en su intento de reelección, viene hoy con nuevos bríos aún más radicalizados, de lo cual hablaremos más adelante en este escrito, terminando por provocar que el presidente Biden declinara en sus intenciones para dar paso a su Vicepresidenta Kamala Harris, quien aspira a convertirse, al igual que en México, en la primera mujer en la historia de dicho país en convertirse en presidenta.
Ahora bien, hablemos de cómo llegan los candidatos a esta contienda y qué es lo que prometen. Por su parte, Donald Trump, al perder su intento de reelección comenzó de nueva cuenta su campaña para convertirse en presidente, una vez más de manera no consecutiva, lo cual, generó que se ventilaran algunos escándalos sobre su persona en materia de corrupción por los cuales fue juzgado y estuvo a punto de pisar la carcel, provocando así que, sus propuestas ya de por sí histriónicas tomaran un tinte más radical de lo que presentaban, centrando gran parte de su propuesta en, ahora sí, crear el muro fronterizo y agudizar las penas en contra de la migración ilegal proveniente principalmente desde México, así como también, la propuesta nacionalista en materia económica en la que asegura que, de ser presidente controlara las inversiones que se realicen fuera de su país con el brazo coercitivo de ser el principal mercado a nivel mundial, es decir, si las fabricas mueven sus inversiones lejos de Estados Unidos como ha venido ocurriendo con el fenómeno conocido como “Nearshoring”, sus productos serán acreedores de aranceles sumamente altos que volveran financieramente imposible su operación.
En el caso de Kamala Harris, una candidata más ligada a la tendencia “woke” o “progresista”, se vende como una mujer que evoca a la campaña de la esperanza, similar a lo propuesto en su entonces por el primer presidente afroamericano en la historia del país del norte, Barack Obama. Sin embargo, aún con su tendencia progresista, el debate sobre México no dista mucho de lo comentado por Trump, ya que, Harris asegura no estar de acuerdo con los términos del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá, por lo cual, asegura tendrá mano dura en materia económica contra los intereses actuales de nuestro país, de igual forma, coincidiendo también con Trump en materia de seguridad con temas como el crimen organizado y el tráfico de sustancias como el fentanilo a los Estados Unidos.
Como podemos ver, la relación de México con Estados Unidos no será nada fácil a partir del próximo 5 de noviembre, en el que el estilo personal de Claudia Sheinbaum tendrá que hacerse presente para defender la soberanía y los intereses nacionales frente a un par de candidatos que prometen tensión. Interesante sería también, ver por primera vez la relación existente de mujer a mujer entre un par de naciones que, guste o no, serán siempre vecinos en el barrio internacional.
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