El domingo 27 de noviembre, se llevó a cabo en la Ciudad de México una marcha para celebrar los 4 años del gobierno de López Obrador. El mismo presidente convocó a la marcha un par de semanas antes, y tal cual lo había dicho, fue él mismo quien la encabezó.

Cerca de las 9:00 am llegó al Ángel de la Independencia, que era el punto de partida, el Presidente junto con su ayudantía, y algunos de los servidores públicos de Morena más allegados a él, entre quienes se encontraban sus “corcholatas”; la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheimbaum, y el actual secretario de Gobernación de México Adán Agusto López.

La cantidad de personas era tal, que AMLO caminaba con dificultad, el trayecto de aproximadamente una hora, fue de cinco para el Presidente y su equipo, debido a la cantidad de personas que dificultaban el paso con el afán de acercarse a él, y también por las múltiples paradas de Andrés Manuel, quien se detenía a saludar constantemente a sus seguidores. A la marcha, según datos de FORBES, asistieron aproximadamente 1 millón 200 mil personas.

¿Por qué marchó AMLO?

El presidente convocó a la marcha después de que el pasado 13 de noviembre se llevará a cabo una marcha contra la propuesta de reforma electoral elaborada por López Obrador, a la que asistieron miles de mexicanos, aunque no se tiene una cifra certera, se estima que entre 60.000 y 200.000 personas asistieron a la llamada marcha en favor del INE.
Sin embargo en una de sus declaraciones Andrés Manuel dijo que la marcha no era para contestar a la movilización en favor del INE, sino para celebrar los logros alcanzados por su proyecto de gobierno: “La Cuarta Transformación” durante estos 4 años, así como para fortalecer su movimiento y ánimo de sus simpatizantes.

¿Qué dice la oposición?

Muchos de los personajes opositores a López Obrador han denunciado en redes sociales que durante la marcha de AMLO hubo acarreo. Entre ellos destaca el ex candidato a Presidente Ricardo Anaya, quien mostró imágenes de los muchos camiones que transportaron a asistentes a la marcha.
También, algunas opiniones en contra de la marcha coincidieron en que esta había sido una muestra de poder por parte del Presidente para invisibilizar a la población que no está en favor de su gobierno. Destaca lo publicado en una de sus redes sociales por el escritor Jorge Volpi quien escribió:
“Tiene más poder que nadie y se obsesiona con exhibirlo. Cómo el viejo PRI hegemónico, usa la política de masas para desacreditar la menor crítica y la menor disidencia. Por primera vez en su carrera política, AMLO no marcha para ser escuchado, sino para silenciar.”

El fuerte de AMLO: La movilización

Hablando en términos de estrategia política la oposición no debería ignorar que Andrés Manuel, durante toda su carrera política ha demostrado tener una gran capacidad estratégica para las movilizaciones sociales, de hecho sí hay algo que destaca en su manera de hacer política, es justo eso. Y por lo tanto entrar en ese campo de batalla y utilizar la movilización en su contra, no es aparentemente la estrategia más conveniente para la oposición.

Solo hace falta recordar un poco de la historia reciente de la política mexicana para saber que la movilización es una de las estrategias de AMLO, que le ha servido para conseguir diferentes victorias políticas, e incluso lo que lo llevó a ocupar la presidencia. Comenzando por:

“El éxodo de la democracia” el primer acto político masivo de Andrés Manuel en 1991, “La marcha del silencio”: en la que participaron también aproximadamente 1 millón 200 mil personas en defensa al desafuero en su contra en 2005. Y por supuesto, el plantón de reforma de 2006 después de que AMLO denunció fraude en las elecciones presidenciales en las que el Instituto Electoral determinó ganador a Felipe Calderón.

La imagen de la Marcha

Ciertamente las imágenes de la marcha del domingo pasado son impresionantes, la cantidad de personas, un presidente de la república caminando y siendo empujado en una multitud que se abalanza a él para saludarlo y tomarse fotos. Si bien, como denuncian varios opositores de Andrés Manuel, probablemente personas hayan acudido a la marcha como “acarreados”, la cantidad de personas que se concentraron hace innegable que hay un sector de la población, considerablemente grande que apoya a Andres Manuel.

La marcha, intencionalmente o no, fue una muestra de poder. No solo AMLO volvió a demostrar lo bien que maneja su consolidada estrategia política, también contrarrestó el discurso de la oposición que asegura que “el pueblo lo quiere fuera.” A la oposición parece faltarle estrategia política, cosa que nos guste o no, le sobra a AMLO.

Negar que Andrés Manuel, sín entrar en la compleja discusión de los mecanismos y las tácticas utilizadas, se ha convertido en el político con mayor liderazgo de los últimos años en la política mexicana, y que incluso es un gran referente de la izquierda en América Latina, como lo es Lula Da Silva, o Cristina Kirchner, provoca la toma de malas estrategias que hasta ahora se han demostrado.

En un país democrático, debería haber espacio para las diferentes opiniones, posturas e intereses. Hace falta una oposición que se concentre en contrarrestar el poder desde la defensa de la pluralidad y los intereses comunes, y no solo desde la farándula y la politiquería a la que se llega cuando se defienden intereses personales.

López Obrador con esta marcha demuestra, que a diferencia de lo que muchas personas podrían pensar, sí tiene respaldo popular. La oposición no debería negarlo, debería analizar que parte de la población es aquella que respalda a AMLO para poder presentar propuestas más plurales en las próximas elecciones, de lo contrario repiten el error que se le critica al Presidente; negar la diferencia.