La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió este miércoles 18 de octubre mantener la pandemia de COVID-19 como una emergencia sanitaria internacional ante las incertidumbres que persisten, en particular la relativa a la evolución del virus, que podría mutar para ser más peligroso y evadir la inmunidad.
”Aunque es obvio que la situación global ha mejorado desde que empezó la pandemia, el virus sigue cambiando y siguen habiendo incertidumbre y muchos riesgos”, declaró a la prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Esta decisión fue recomendada por un grupo internacional de expertos que forman el Comité de Emergencia de la OMS, responsable de evaluar cada tres meses si la propagación de una enfermedad constituye una amenaza para la salud pública internacional.
“La semana pasada, el Comité de Emergencia de la OMS sobre el COVID-19 se reunió para discutir la situación global y el camino a seguir. El punto de vista del Comité es que el COVID-19 se mantiene como una emergencia sanitaria internacional. Y yo estoy de acuerdo”, dijo el director del máximo organismo mundial de salud.
“El Comité enfatiza la necesidad de fortalecer la vigilancia y de expandir el acceso a pruebas, tratamientos y vacunas para aquellos que se encuentran en un mayor riesgo; y de que todos los países actualicen sus planes de respuesta. Aunque es obvio que la situación global ha mejorado desde que empezó la pandemia, el virus sigue cambiando y siguen habiendo incertidumbre y muchos riesgos”, añadió.
Según los últimos datos notificados por los países a la OMS, las muertes por COVID-19 han bajado a un nivel comparable al inicio de la pandemia.
Al mismo tiempo, dos tercios de la población mundial han recibido al menos la dosis inicial de alguna de las vacunas disponibles contra esta enfermedad. No obstante, el Comité de Emergencia subrayó que las desigualdades en las tasas de vacunación no han desaparecido.
Igualmente subsisten los problemas de acceso a los antivirales y otros tratamientos en países de bajos recursos.
El presidente del comité, Didier Houssin, explicó que levantar la declaración de emergencia relacionada con la COVID-19 podría llevar a que se levanten una serie de medidas sanitarias y sociales justo antes del aumento previsto de casos en el hemisferio norte en los próximos meses de invierno.
Houssin, un reconocido médico cirujano francés, indicó que por primera vez desde el inicio de la pandemia los miembros del comité discutieron sobre la posibilidad, ventajas e inconvenientes de levantar la declaración de emergencia internacional por la COVID.
En los debates pesó la incertidumbre que hay “sobre la trayectoria posterior del virus, sus características genéticas y antígenas y el impacto clínico de futuras variantes”.
Otra preocupación que influyó en la recomendación del comité tuvo que ver con las dificultades para cuantificar la carga que para los sistemas sanitarios nacionales representan complicaciones como la trombosis, del sistema endocrino y otras que puede causar la COVID-19, así como el COVID largo.