Difícil cierre de año al que se han enfrentado las autoridades gubernamentales de todos los niveles en prácticamente todo el territorio sonorense, en los que, el aumento generalizado de precios en la canasta básica y la gasolina, la violencia y la falta de resultados ha provocado que los ánimos entre la ciudadanía comienzan a caldearse en búsqueda de resultados urgentes para las exigencias que vienen arrastrando conforme el paso de los años.

Ante esta compleja situación, el municipio de Cajeme no se ha encontrado exento de problemáticas, comenzando por la imparable inseguridad que, poco a poco ha comenzado a normalizarse por una sociedad cada vez menos propensa al asombro, así como también, la penosa situación en la que se encuentran sus avenidas principales y no principales, sin mencionar la gran cantidad de colapsos en la red de alcantarillado público, lo que en conjunto ha generado que los cajemenses ya no sientan lo duro sino lo tupido de esta difícil situación.

Como ya es costumbre cuando las comunidades atraviesan momentos difíciles, el clamor del pueblo se hace sentir en sus reclamos directos a las autoridades municipales, quienes naturalmente forman la primera línea de atención al ciudadano, por lo que, en estricto sentido se llevan los aplausos, pero también, las recordadas de progenitora cuando algo en el municipio no funciona.

Empero, en esta situación, es preciso hacer una pausa en el camino para ahondar con mayor profundidad en el análisis del por qué de nuestra condición como municipio, ya que, si bien es cierto que el ayuntamiento cuenta con gran responsabilidad a la hora de hacer su trabajo, también es necesario reconocer que no es el único responsable del bache por el que está pasando una comunidad con el potencial como la del municipio de Cajeme.

Por eso, es importante reconocer también la labor que realizan los diputados locales y federal, quienes cuentan en sus hombros con la responsabilidad de ser los representantes de los interés de nuestro municipio ante el Congreso del Estado y el Congreso Federal, respectivamente, donde, además de legislar las leyes y normas que nos rigen como ciudadanos, son los encargados de velar por nuestros intereses y pugnar en nuestro nombre por los recursos económicos suficientes y necesarios para que las cosas funcionen como debe ser, no como unos representantes en incógnito que se remiten única y exclusivamente a entregar dádivas para la “selfie” a través de las redes sociales, para así, de alguna manera justificar su posición como representantes del pueblo, los cuales, según el propio portal de transparencia del Congreso del Estado, han recibido en lo que va de la actual legislatura, una remuneración bruta que asciende a los casi 2 millones de pesos por diputado, esto sin contar los sistemas de apoyos y compensaciones diversas.

Por lo tanto, es necesario que cada uno de los ciudadanos realicen un ejercicio en lo particular para saber en primera instancia si saben quien es su diputado y, acto seguido preguntarse si su diputado ya realizó algún posicionamiento en el pleno del Congreso para exigir un presupuesto más justo y equitativo para hacer frente a las distintas y graves dificultades a las cuales se viene enfrentando nuestro municipio de Cajeme.

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