Durante los últimos días han circulado en redes sociales, debates acerca del concierto gratuito que se llevó a cabo el pasado 25 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México, en el que se presentó Grupo Firme, una agrupación de música regional mexicana.

El evento rompió el récord de asistencia, más de 280 mil personas viajaron desde varias partes del país para poder ver a este grupo musical. El concierto fue organizado por el Gobierno de la Ciudad de México, y según las declaraciones oficiales, el grupo tocó sin cobrar nada al gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum.

La discusión entre quienes apoyaron y quienes criticaron el concierto, se dividió rápidamente en las redes sociales. Nuevamente la polarización protagonizó la escena.

Por un lado, se distinguen aquellos que criticaron el concierto y lo calificaron de “poco cultural” (lo que sea que eso signifique) y acusaron que muchas de las letras de la canciones son misóginas y violentas. Algunas personas también acusan al gobierno de la Ciudad de México de organizar eventos electorales populistas con recursos públicos. Y, por el otro lado, se encuentran aquellas opiniones que calificaron dichos comentarios de clasistas y defendieron el concierto alegando al derecho a la cultura y a la recreación.

¿No tienen ambas partes, algo de razón?

No podemos negar que la exitosa presentación de grupo firme resultará provechosa políticamente para la actual gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheiumab, que es una de las llamadas “corcholatas”, es decir, una de las favoritas para ser la candidata a la Presidencia de México por MORENA. Muchas familias, niños, niñas, adultos mayores, y gente de todas las edades disfrutaron de este concierto, lo cual seguramente subirá su popularidad. Pero hasta el momento, no hay nada que indique que el concierto no haya sido gratuito para la Ciudad de México.

Si dejamos a un lado los fines electorales, la idea de ofrecer conciertos gratuitos en plazas públicas, como medio de socializar la cultura y ponerla al alcance de todos, así como otros eventos culturales, es algo más que beneficioso: es un derecho. Las expresiones culturales, forman parte de nuestra naturaleza humana, por decirlo de alguna forma, por lo que nos son necesarias para lograr un pleno desarrollo.

Y ciertamente, la cultura no es un concepto medible, es decir, no existe algo más o menos cultural, y suponer que hay expresiones más “cultas” proviene de interpretaciones con sesgo de superioridad, que bien pueden ser calificadas de clasistas y racistas.

El clasismo y racismo que existen en la sociedad mexicana no son nada nuevo, y en esta avalancha de memes y publicaciones que se vieron en redes sociales, hubo múltiples usuarios que reforzaron esto haciendo referencias discriminatorias como: “música agropecuaria”, “concierto para gente con primaria trunca” ó, el adjetivo discriminatorio más naturalizado en nuestro país: “naco”, refiriéndose al grupo, a la música y a la gente que fue a ver el concierto.

Esto tampoco quiere decir que no pueda haber una crítica a los aspectos que componen la cultura mexicana, y que se pueden analizar más allá de preferencias estéticas, como lo es el machismo y la violencia. Y en efecto, varias de las letras de este grupo musical son violentas y misóginas.

Sin embargo hay que recordar que la música es un producto de la cultura, y no al revés. Es decir, en una cultura machista, habrá expresiones artísticas machistas (y sus resistencias por su puesto). Por eso, si bien no podemos negar el machismo detrás de algunas canciones de Grupo Firme, tampoco podemos decir que este sea un rasgo único de este tipo de música.

En todos los géneros musicales, podemos encontrar letras machistas. Y no hace falta una exhaustiva investigación para comprobarlo. Si bien, en este punto cabe una crítica hacia esta expresión cultural (el concierto de Grupo Firme), no reconocer la huella machista en nuestros gustos, sería caer en un sesgo discriminatorio.

Estigmatizar todos los cuestionamientos de la cultura mexicana como “clasismo”, es poco constructivo y solo beneficioso electoralmente. Negar el clasismo naturalizado en nuestra sociedad, solo logra reforzar estereotipos y reproducir actos discriminatorios.

¿Por qué tanta polarización?

Muchos expertos señalan que actualmente la sociedad está más polarizada que nunca, y que el papel de las redes sociales es la clave en esta situación. ¿Por qué?

Las redes funcionan con mensajes audiovisuales, y la mercadotecnia tiene más que estudiado que mensajes captan más fácilmente la atención de las personas. Y el hecho es que las posturas radicales captan la atención mucho más rápido que los discursos moderados o argumentativos.

Las redes sociales se han convertido en el campo de debate social, y son las mismas redes sociales quienes median la discusión. Lo preocupante de esta situación, es que no hay cabida para grises en las discusiones en redes sociales y que eso, más allá de fomentar pensamiento crítico, nos inhibe de generar una opinión propia y nos hace percibir una realidad polarizada.

Las redes sociales son una fuente de polarización social, que además van a una velocidad tan rápida, que el bombardeo de discusiones, no da espacio a debates constructivos. Si bien las redes sociales son el principal medio de información, puede que más que informarnos, nos manipulen emocionalmente.