Columna: Desde el otro lado
Por Luis Rodrigo Guzmán Viniegra
Las tarifas de Donald Trump siguen mandando señales de inestabilidad en los mercados internacionales, especialmente ante lo que pudiera ser el inicio de una nueva recesión para la Unión Americana. El juego de imponer tasas, luego posponerlas, luego quitarlas y de nuevo amenazar con otras más, podría ser una señal de un presidente que no sabe lo que está haciendo, sin embargo, estoy convencido que hay una estrategia detrás de todo este circo.
Algo que debemos tener claro, es que cuando existe una inestabilidad financiera, los capitales tienen a refugiarse en la compra de bonos del gobierno, por las garantías y estabilidad que representan. Considero que esto es exactamente lo que Trump quiere que suceda, generar una tormenta para quedarse con el capital. Sin embargo, este pensamiento simplista está complicando la vida de muchos estadounidenses, no solo en el costo de la vida diaria, sino en el dinero que tienen para sus jubilaciones. El programa 401k es un fondo de inversión específicamente diseñado para que los recursos destinados para jubilación se aprovechen al máximo y generen rendimientos, sin embargo, la tormenta que ha provocado el presidente no solo ha reducido el rendimiento, sino también han disminuido su valor. Esto representa millones de dólares que dejarán de recibir los jubilados.
Por otra parte, las tasas de interés hipotecario en los Estados Unidos volvieron a subir, alcanzando valores superiores al 7%. Los enormes esfuerzos que se habían conseguido para contener la inflación de nuevo se vuelven insignificantes ante los mensajes cruzados provenientes de la Casa Blanca y la presión es cada día mayor.
Sigo pensando que la guerra arancelaria no puede durar mucho tiempo y seguramente va a dejar de ser importante en la medida en la que Trump consiga el movimiento de capitales hacia los bonos del gobierno. Los empresarios más importantes se están involucrando cada vez más y seguirán frenando cobros adicionales en los productos que venden, solo basta leer la lista de excepciones para la aplicación de aranceles que se publicaron durante el fin de semana sin ninguna declaración o mensaje de la Casa Blanca.
Apple, Amazon, Tesla, Ford y General Motors están teniendo que volverse más políticos que empresarios para poder cuidar sus negocios. Esto implica hacer declaraciones que halagan a Trump como “estaremos invirtiendo en la construcción de nuevas plantas en EEUU”. Si bien, durante estos cuatro años veremos pocas inversiones de los empresarios estadounidenses fuera de su país, es claro que la opción no es llevar la manufactura a los Estados Unidos, no solo porque no hay la suficiente mano de obra, sino porque no es suficientemente rentable. Los empresarios tienen claro que la presidencia solo dura cuatro años y le estarán dorando a píldora al presidente para que los deje seguir haciendo negocio. Ya vendrá otro presidente que les permita seguirse expandiendo y generando recursos en todo el planeta.
No se dejen engañar, Trump nunca ha sido el “buen empresario” que nos han vendido. Su marca se construyó con márquetin y no con empresas exitosas. Trump va a pasar y los empresarios seguirán ahí, así que si queremos entender lo que realmente está pasando hay que ver lo que están haciendo los inversionistas y dejar de ver las ruedas de prensa de la presidencia.
En el corto y mediano plazo, las tasas de interés seguirán altas y los productos de consumo diario seguirán recibiendo incrementos de precio. No estimo que cambie la política durante el resto del año, pero poco a poco si veremos que Trump se aleja de su discurso arancelario y regresará paulatinamente a sus mensajes en contra los migrantes, contra los derechos de las minorías y la bandera de defensa de la patria. No se dejen engañar, eso tampoco es totalmente real.
Yo seguiré compartiendo mis opiniones por este medio mientras ustedes me lo peritan, pero lo hare… “desde el otro lado”. Muchas gracias.
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