Columna: Desde el otro lado

Por Luis Rodrigo Guzmán Viniegra

Durante las últimas semanas, el gobierno de los Estados Unidos se ha visto envuelto en un auténtico torbellino de problemas por la forma en la que su presidente está gobernando.

En primer lugar, el miedo generado por las redadas masivas que ICE estuvo realizando a principios de mes ha generado una escasez de trabajadores del campo que hoy tienen cultivos que no pueden cosechar. Esto va a llevar a que un importante porcentaje de la producción se pierda y no llegue a los supermercados incrementando el precio de frutas y verduras que diario se consumen.

En segundo lugar, se hizo público que, tras la cancelación del programa US Aid, el gobierno permitió que 500 toneladas de comida se echaran a perder y posteriormente se incineraran. Esta comida hubiera permitido que 27 mil niños con hambre extrema en África hubieran sobrevivido por un mes. Lo grave es que organizaciones no gubernamentales se ofrecieron para hacer la distribución de ese alimento sin costo para evitar lo que sucedió y el gobierno decidió mantener las bodegas cerradas y no permitirlo.

El tercer problema del que no se ha podido zafar Donald Trump es del caso Epstein. Tras la negativa de su gobierno de liberar toda la información de los casos de abuso sexual y personas relacionadas con las fiestas y excesos que Jeffrey Epstein, varios grupos del propio MAGA que antes apoyaban incondicionalmente al presidente se le han volteado y demandan transparencia. EL caso se agrava cuando siguen saliendo fotos del presidente con el acusado y todo indica que había una relación cercana entre ellos.

Estos tres problemas que está tratando de hacer a un lado el gobierno, se suman a un temor real de un alto porcentaje de sus simpatizantes que se han dado cuenta que la cancelación de los apoyos a Medicare y Madicaid los van a dejar sin cobertura médica.

Obviamente, Trump volvió a arremeter con imponer nuevas tarifas para distraer la atención. Si entendemos que al final las tarifas las pagarían los propios ciudadanos estadounidenses y esto evidentemente le seguiría restando simpatía y poder, ¿no sería momento que los países cambien la narrativa? Hay un refrán que dice “el valiente vive hasta que el cobarde quiere”. Me pregunto lo que pasaría si países, como México, en lugar de seguirle el juego al brabucón le contestaran “haz lo que tengas que hacer y yo buscaré dónde colocar mis productos si Estados Unidos no me los quiere comprar”. Creo que es la única forma de quitarle el control de la narrativa, más aún cuando hay tratados internacionales que están en contra de su política.

Históricamente desde los noventas, dentro de las negociaciones internacionales se había establecido que los temas de política internacional no se mezclaban en las negociaciones. Me refiero a que, si había un problema de drogas entre los dos países, no se usaba a la economía para presionar. Pero como Trump está decidido a romper con todos los protocolos, esto no le importó, ahora se encuentra en una terrible encrucijada en la cual parece que está llevando a un problema económico a los Estados Unidos por su propia obstinación. No es gratuito que haya perdido casi entre un 14 y un 18% (dependiendo de la encuestadora) de la simpatía de los estadounidenses que votaron por él.

Quizá debamos recordar viejos refranes y empezar a tratar al presidente de los estados Unidos como lo que es, un brabucón sin mucho más autoridad que el poder propio pueblo le encargó.

Agradezco como siempre su lectura y sigo leyendo sus comentarios… Desde el otro lado.

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