Un torniquete ha salvado la pierna de una mujer de 65 años a la que un tiburón arrancó un pedazo de carne por encima de la rodilla. Sucedió este lunes en una playa de Nueva York, la de Rockaway, una kilométrica extensión de arena y olas en el distrito de Queens. El ataque del escualo es el primero en 70 años en la ciudad, aunque el avistamiento de este tipo de animales se había multiplicado en los últimos meses, hasta el punto de empujar a las autoridades a patrullar el litoral con drones como medida de precaución.

El acceso a la playa ha sido cerrado este martes y se ha prohibido la práctica de la natación y el surf, ha informado el departamento de Parques y Actividades Recreativas de la ciudad en su cuenta de Twitter. Tatyana Toltunyuk, vecina de Astoria, fue rescatada del agua por los socorristas, que le administraron los primeros auxilios antes de que llegaran los servicios médicos de urgencia. Sucedió pasadas las seis de la tarde del lunes. La mujer se encuentra grave pero estable en un hospital del condado. Se trata de la primera mordedura de tiburón de la que se tiene noticia en esa playa desde 1953.

El mordisco del escualo causó una “horripilante laceración” en la pierna izquierda de Toltunyuk, que nadaba sola cuando fue atacada. Según medios locales la dentellada arrancó 20 libras de carne (poco más de nueve kilos) de la extremidad, un dato que no ha sido confirmado por fuentes médicas, que únicamente subrayan la gravedad de su estado, con un sangrado en la cara externa del muslo que el torniquete de los socorristas logró paliar.

El resto de los bañistas fueron conminados a salir inmediatamente del agua, mientras un helicóptero de la policía peinaba la zona, sin detectar rastro alguno de tiburones. “Aunque somos conscientes de que este es un suceso horripilante”, apuntó un portavoz policial, “queremos recordar a los neoyorquinos que un ataque de tiburón es extremadamente raro en Rockaway. Seguimos vigilando la playa y siempre desalojamos a los bañistas si avistamos alguno”. Durante el fin de semana del 4 de Julio, tres bañistas y un surfista reportaron encuentros con tiburones, sin consecuencias. El Estado de Nueva York empezó a utilizar drones para emitir alertas de la presencia de cualquier amenaza en las aguas, siempre bravas en esa playa bañada por el océano y limitada por una rambla de nueve kilómetros de largo.

La amenaza de los tiburones, más activos y frecuentes en otras aguas como las de Florida, así como la falta de socorristas -no está permitido el baño sin su presencia, ni en playas ni en piscinas, ni siquiera comunitarias- ha empañado la temporada estival, en la que se han registrado varios ahogamientos. La noticia del cierre de Rockaway tras el incidente del lunes fue saludada críticamente por vecinos y habituales del lugar, por considerar más grave, por frecuentes, el aumento de ahogamientos en sus aguas. Horas después, la cercana playa de Jones fue también cerrada al público al detectarse la presencia de un escualo, según medios locales.

Las mordeduras de tiburón siguen siendo extremadamente raras, con sólo 57 casos el año pasado en EE UU, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón de la Universidad de Florida. No obstante, los ataques han experimentado un constante aumento en los últimos años, por la creciente interacción de los humanos con los escualos. “Cada vez más gente vive cerca de los océanos y las mejoras en los sistemas de transporte han facilitado el acceso a las costas, según el Instituto de Investigación Hubbs SeaWorld”, informaba el portal Axios a finales de julio. La investigación, de alcance global, señalaba que en el litoral de Estados Unidos vivían en 2020 unos 125 millones de personas, frente a menos de 85 millones en los años setenta del pasado siglo. La misma época, precisamente, en que la impactante película Tiburón batió récords de taquilla en todo el mundo y se convirtió en un clásico de Hollywood.