Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón

El affaire llevado a cabo en el estado de Nuevo León, al que algunos le apodan más bien, Novelón, es sin duda, uno de los momentos más chuscos y complejos en la historia reciente de nuestro país, si de hablar de política se trata.

Comencemos por partes, el estado de Nuevo León se ha caracterizado por su peculiaridad de elegir personajes atípicos para llevar las riendas políticas de su entidad, tal es el caso, del primer y último gobernador independiente del país en la persona de Jaime Rodríguez “El Bronco”, y en la actualidad, producto de acuerdos, negociaciones y un sinfín de coyunturas, la llegada al poder del joven político Samuel García, quien, después de un rápido ascenso al poder, primero con una diputación local plurinominal, dió paso a la Senaduría en 2018, la cual, al igual que lo intento en esta ocasión dejó a medias para lanzarse en búsqueda de la gubernatura.

Si bien es cierto que, Samuel García representa en gran medida una antítesis de lo políticamente correcto, al ascender al poder cometiendo errores y rectificando de la mano de quienes muchos aseguran ser en verdad el fiel de la balanza, su esposa Mariana Rodríguez, es preciso comentar que, su manera diferente de hacer política ha conectado con un sector de la población que estaba alejado de la política y que, ningún aspirante actual había logrado convencer, los jóvenes, quienes de una u otra manera habían captado su atención en torno a la pareja, tal como si se tratara de un reality show a través de instagram y tik tok.

Sin embargo, la ambición y la juventud muchas veces no son buenas consejeras, en pocas palabras fue lo que comentó su compadre y amigo, Luis Donaldo Colosio, quien señaló a Samuel por sus decisiones arrebatadas en búsqueda del poder, lo cual, describe de cuerpo entero la situación que se vivió en Nuevo León durante las últimas semanas estando a punto de representar un Golpe de Estado, y por ende, la abolición de poderes por parte del Senado de la República.

La campaña presidencial más corta de la historia tiene hoy, nombre y apellido, en manos de Samuel García ya que, el gobernador naranja decidió en lugar de hacer política, utilizar toda la fuerza del estado en contra de quienes en el ejercicio del poder son sus contrapartes, es decir, los diputados del PAN y PRI, quienes con todo derecho ganaron en las urnas la mayoría en el Congreso Local, lo cual, enfureció al joven gobernador y desde el primer minuto emprendió una andanada de intimidaciones en contra de los legisladores, por lo cual, a la hora de pedir licencia para contender por la Presidencia de la República, el Congreso estaba facultado para negar dicha licencia, sin embargo, se le concedió, solo que, a la hora de dar paso a los conductos legales como lo indica la constitución local, Samuel García respaldado por el oficialismo y el presidente López Obrador, decidieron utilizar argucias legales para dejar a un gobernador “a modo” en la persona de su Secretario de Gobierno, Javier Navarro, con la finalidad de servir de tapadera.

A final de cuentas, cuando las instituciones conducentes determinaron que el Congreso Local decidiría quien sería el gobernador interino en lo que Samuel concluye su aventura presidencial, fue cuando en menos de una hora, Samuel reculó y decidió que siempre no contendría, prefiriendo dejar tiradas sus aspiraciones presidenciales, en lugar de permitir que alguien no a modo se siente en su silla de gobernador, lo cual, ha levantado sospechas en propios y extraños.

Sin duda, la novela antes mencionada exhibe y desnuda a la carcasa de una nueva clase política con mañas de la vieja clase política incrustadas en el tuétano de quienes la pregonan.

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