El pasado domingo 30 de Octubre se llevó a cabo en Brasil la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que Lula da Silva resultó vencedor de su oponente, el todavía presidente de este país Jair Messias Bolsonaro.

El caso es más que interesante, es un acontecimiento significativo que marcará un momento importante para la política de toda la región latinoamericana. Veamos por qué.

¿Quién es Luiz Inácio Lula da Silva?

Lula da Silva ya fue antes presidente de Brasil, por dos periodos entre 2003 y 2010. En Brasil el período presidencial es de 4 años, con posibilidad de renovarse una vez consecutivamente, y luego después de un periodo de alternancia. Aunque esto de hecho es la primera vez que ocurre, Lula se ha convertido en el primer presidente de la historia de Brasil elegido para un tercer mandato. Y por su parte, Bolsonaro es el primer presidente desde que se reformó el sistema Brasileño que no resulta reelecto.

Lula nació en una familia precaria, sin la oportunidad de estudiar, por lo que comenzó a trabajar a los 12 años como limpiabotas y vendedor ambulante. A los 15 años comenzó su carrera como obrero metalúrgico, y a mediados de la década de los 80 ocupó la presidencia del sindicato de los obreros de la metalurgia y lideró una histórica huelga que desafió a la dictadura militar, lo que puso en jaque al régimen dictatorial y aceleró su caída.

En la misma época, Lula, junto con otros opositores a la dictadura, fundó el Partido de los Trabajadores, por el cual sería después candidato a la presidencia. En 2003 se convirtió en el primer presidente de Brasil salido de la clase obrera. Durante su gestión obtuvo un gran reconocimiento mundial, al ser reconocido como la cabeza del “milagro económico brasileño”, en el que Brasil logró posicionarse como una de las economías mundiales emergentes.

En 2017, fue condenado a 12 años de prisión por corrupción, por lo que pasó 19 meses en prisión , antes de que la condena fuera anulada por la justicia.

¿Qué pasó en este proceso electoral?

Estas han sido las elecciones más reñidas en Brasil desde que volvió a ser un país democrático en 1985. Lula fue el candidato más votado en la primera vuelta que se llevó a cabo el 8 de octubre, donde obtuvo 48.2% de los votos, frente al 43,2% que obtuvo Jair Bolsonaro. En la segunda vuelta, que le dio la victoria a Lula, los porcentajes se cerraron en 50,9% , frente a 49,1% .

A pesar de que su contrincante, el actual presidente de Brasil, guardó silencio por dos días después de la elección, lo cual dio lugar a expectativas sobre que rechazaría la victoria de Lula, y dio pie a que algunos de sus simpatizantes se manifestaran en las calles pidiendo la intervención militar, el gobierno de Bolsonaro ha reconocido la victoria de Lula da Silva.

¿Por qué es importante el triunfo de Lula para América Latina?

La victoria de Lula consolida la posición de la izquierda en América Latina, que ya gobierna en México, Argentina, Bolivia, Perú, Honduras, Chile y Colombia. Lo que con las ventajas y desventajas que podríamos encontrar, creará la próxima agenda política que determinará el futuro próximo de nuestra región.

Lula, además no es solo un presidente de izquierda, es uno de los líderes progresistas con más influencia gracias a los avances que logró su gobierno durante su mandato anterior, los que incluyeron una significativa reducción de la pobreza en este país. Hay que decir por supuesto, que las condiciones en los precios de la materia prima de ese momento, ayudaron mucho.

Las condiciones hoy, no son las mismas de hace 20 años, y al igual que Bolsonaro, Lula tendrá que gobernar un país dividido, proveniente de una recesión, y con los efectos negativos que trajo el Covid-19 a todo el mundo.

Pero hay un tema de gran importancia para América Latina, y de hecho para el mundo, que pone en el nuevo gobierno de Lula grandes expectativas y una gran responsabilidad, detener la creciente deforestación de la Amazonía brasileña.

Brasil alberga una gran parte del Amazonas, uno de los bosques tropicales más importantes del mundo. Se puede decir incluso que la salud del planeta entero depende de esta región, pues en ella se almacenan millones de toneladas métricas de carbono, lo que ayuda a estabilizar el clima no sólo local, sino global.

Durante las gestiones anteriores de Lula, Brasil logró reducir su tasa de deforestación hasta un 80%, dando un respiro al mundo. Por el contrario, en el gobierno de Bolsonaro, que no comparte la visión ambientalista, las tasas de deforestación comenzaron a dispararse nuevamente. Brasil perdió más de 3 millones de hectáreas de la selva amazónica entre 2019 y 2021.

La tala indiscriminada del Amazonas para la ganadería extensiva y la expansión agrícola, la infraestructura mal planificada, y la extracción ilegal e insostenible de recursos naturales, provoca la liberación de carbono trayendo consecuencias catastróficas en todos los ecosistemas, poniendo en peligro la biodiversidad y con ella al ser humano como especie.

Lula, adquiere como presidente de Brasil, un gran compromiso con toda la región. En medio de los escándalos por corrupción que todavía le persiguen a él y a su partido, solo nos queda esperar que, al igual que en su gestión pasada, ponga las políticas medioambientales como piedra angular de su estrategia de gobierno, y que no se quede, como pasa en muchos gobiernos de izquierda de la región, en una promesa incumplida de campaña política.