Columna: Desde el otro lado
Por Luis Rodrigo Guzmán Viniegra

Por primera vez desde hace más de veinte años, finalmente el gobierno estadounidense estará tomando acciones específicas en contra de los fabricantes de armas en su país. El haber designado a los cárteles como organizaciones terroristas puso a las armerías como posibles cómplices de terrorismo si no se aseguran que las armas que venden no llegan a los criminales. Este pequeño cambio puede ser el primer paso para empezar a disminuir el indiscriminado flujo de armas a México y abre la puerta a una estrategia que eventualmente disminuya la violencia. Durante las siguientes semanas veremos cambios legislativos y estructurales que obligarán a los fabricantes a establecer mecanismos de control mucho más estrictos, sobre todo en las compras de armas de asalto y cualquier operación de alto volumen.


Por otra parte, la agencia antidrogas (DEA) ha extendido su nivel de influencia y no solo se ha incrementado el nivel de incautaciones, sino que empieza a establecer operaciones de inteligencia junto con el Departamento de Estado donde ya no solo identifican a los lideres de las organizaciones criminales, sino ya están empezando a identificar redes de colusión en las esferas del gobierno. Aquellos políticos que, ya sea por omisión o complicidad, permiten operaciones de narcotráfico en su territorio, se han enriquecido de forma inexplicable o realizan actividades que ponen en riesgo la democracia ya están siendo investigados internacionalmente.


No es coincidencia que varios políticos mexicanos hayan decidido dejar de hacer viajes a los Estados Unidos y tampoco es casual que de un día para el otro les hayan cancelado sus visas de turista a otro número de ellos, como le sucedió apenas el fin de semana a Marina del Pilar, gobernadora de Baja California, y a su esposo, Carlos Torres, quien se desempeña como coordinador de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Tijuana. El argumento oficial es por “disposiciones internas del Departamento de Estado”. Solo el tiempo nos dirá cuál es el verdadero origen de esta circunstancia. Pero basta recordar que en septiembre pasado les cancelaron las visas a Miguel Ángel Yunes y a su hijo tras la aprobación de la reforma judicial.


Haciendo algo de memoria, hace tres años, el congresista de Estados Unidos Vicente González realizó una petición especial para anular las visas de 25 diputados mexicanos que participaron en la creación del grupo de amistad México-Rusia, justo cuando la guerra de Ucrania se encontraba en su punto más álgido.


Todo lo anterior nos deja ver que el departamento de Estado de la Unión Americana está sumamente pendiente de lo que está sucediendo en la política mexicana y a diferencia de lo que sucedía hace años, ahora ya no temen tomar acciones y represalias. No hay duda que existen carpetas de investigación abiertas de diversos políticos que buscan identificar hasta dónde llegan las redes de colusión criminal o de actividades que puedan vulnerar la seguridad nacional de los Estados Unidos.


Aún nos falta mucho que ver en este tema, así que probablemente lo seguiremos comentando en el futuro. En la siguiente columna platicaremos de las elecciones en puerta del poder Judicial y cómo se están viendo desde este lado de la frontera. Mientras tanto, sigo leyendo sus comentarios… “desde el otro lado”.

Contacto:
luisrodrigo.guzman@gmail.com