En una economía tan compleja como la mexicana, en donde las barreras físicas mundiales han comenzado a desaparecer poco a poco con el proceso conocido como globalización, la clase media mexicana ha funcionado como un ariete de contención para sostener de manera segura y constante el progreso de un país que se encuentra a punto de llegar a los 130 millones de habitantes. El hecho de pertenecer a la clase media en México no solamente hace referencia a la percepción de un ingreso salarial, sino también, se trata de una demarcación sociocultural, en el que los patrones de convivencia y consumo de este estrato social impactan en la comunidad de manera directa.

Según el INEGI el perfil de la clase media en México se encuentra sumamente ligado a condiciones que le vuelven sustentable y sostenible conforme el paso del tiempo, donde el promedio de años de estudio se encuentra en 11.2, con un ingreso promedio mensual en el hogar de 22 mil 297 pesos, siendo el gasto en gasolina y consumo de alimentos sus mayores egresos. En México se dice que la clase media representa un 37.2% de la población total, lo que significa 47 millones de personas, encontrándose en su nivel más bajo desde que existe dicha medición cayendo de 42.7% en 2018 al 37.2% actual, mientras que la clase baja representa la mayoría con el 62% de los habitantes y, la clase alta con 0.8%.

Como podemos observar, en economías emergentes como la mexicana, las clases medias toman un papel de suma importancia para detonar un desarrollo sostenido y una mejor calidad de vida para sus habitantes. La importancia de la clase media significa una dignificación de la vida de las personas, es decir, cuando una persona logra satisfacer sus necesidades primarias comienza con una cadena de cuestiones positivas que impactan directamente su calidad de vida. Por ejemplo, cuando una persona logra tener los ingresos suficientes como para acceder a servicios, educación, entre otras necesidades de calidad, le brinda también la capacidad para dejar de depender de los subsidios gubernamentales y por ende tomar decisiones electorales con mayor libertad y criterio, lo que se convierte en un ciclo de bienestar.

Sin embargo, durante los últimos años las acciones emprendidas desde el poder en el afamado proyecto de la cuarta transformación, dicha clase social ha sido la más vapuleada ya que, los apoyos e incentivos al emprendimiento y la productividad fueron recortados al mínimo, mientras que los aumentos a los precios de alimentos, gasolina y servicios impactan directamente a su bolsillo. En contraste, se han enfocado abiertamente en los apoyos directos a las clases bajas, sin que esto haya tenido un impacto positivo en su condición de vida, ya que, a cuatro años de iniciado dicho proyecto hoy existen más de 4 millones de pobres más según cifras del CONEVAL. Mientras que las clases altas han continuado con concesiones y concertaciones económicas. Pocos políticos parecen darse de cuenta de la importancia que tienen las clases medias para generar una mayor calidad de vida con sustento, más bien, últimamente hemos visto como políticos de todos los niveles parecen encontrarse en una verdadera guerra sin cuartel contra las clases medias a quienes directa y abiertamente atacan con calificativos peyorativos como “aspiracionistas”, “hipócritas”, calificandolos como personas sin escrúpulos morales, lo que viene de una lógica electoral y no de un pensamiento demócrata.

A pocos meses de que comience el proceso electoral de 2024, es importante escuchar los proyectos de nación con los que cuentan los aspirantes, y poner especial énfasis en la preponderancia que estos brinden a la siempre olvidada clase media mexicana.

borbonmanuel@gmail.com

Pobreza en México | CONEVAL. (s. f.). https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx

Cuantificando la Clase Media en México 2010-2020 | INEGI

https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/cmedia/doc/cm_desarrollo.pdf