Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón
En la historia reciente podemos decir que el torneo de fútbol conocido como “Mundial” organizado por la FIFA se ha ido convirtiendo en una especie de sistema que une a un sinfín de países en torno al deporte, lo cual, muchos podrían ver como un simple espectáculo deportivo o un negocio de unos cuantos. Sin embargo, este torneo ha traspasado las barreras deportivas y económicas para ser también un momento de inflexión en temas políticos y sociales.
Para entender un poco mejor este tema podemos poner como referencia los mundiales recientes de 2010 en Sudáfrica, donde se llevó a cabo el primer mundial en el continente africano en un país en vías de desarrollo con importantes connotaciones políticas ya que Sudáfrica fue hogar del proceso conocido como “apartheid” en el que se separaba a los habitantes de dicho país en función de su raza y color de piel, asimismo, el Mundial fue clausurado por el expresidente Nelson Mandela, reconocido por ser el primer presidente negro de Sudafrica y haber terminado con el apartheid en su país.
De igual forma, el pasado Mundial de 2022 en Catar tuvo de manera natural un fuerte tinte político debido a que los países árabes de dicha región son conocidos por sus sistemas de gobierno totalmente diferentes a los occidentales con limitaciones en los derechos y libertades, así como fuertes restricciones para el género femenino, lo que provocó que el Mundial abriera dicho país al mundo poniendo sobre la mesa, además del tema deportivo, todo lo referente a su sistema de gobierno.
En la actualidad, el Mundial 2026 promete ser diferente a los demás por diversos motivos, primero este será el primero en ser organizado por tres países a la vez, lo cual implica por sí solo un reto mayor en la interacción y organización entre los participantes, asimismo, este Mundial será el primero en estar integrado por 48 países.
Por si lo anterior fuera poco, el Mundial llega en un momento de tensión política entre los tres países. Desde la llegada al poder de Donald Trump la política internacional ha estado en constante fricción, sobre todo, con México y Canadá. En el caso mexicano, la relación con Claudia Sheinbaum no ha sido más tersa, con pronósticos futuros reservados, ya que al momento que se escriben estas letras, la renegociación del Tratado de Libre Comercio comienza con fuertes amenazas de aranceles y cancelaciones.
Debido a esto, la foto del pasado fin de semana donde se ve a los tres mandatarios en la ceremonia organizada por la FIFA, lanza un mensaje que va mucho más allá de lo futbolístico. Una foto que representa el primer encuentro entre la presidenta mexicana y el mandatario estadounidense refleja que, más allá de lo político y lo económico, el fútbol logró lo que la diplomacia no, unir a los tres mandatarios de una de las regiones más poderosas del mundo, por lo que este mundial promete romper las barreras políticas a punta de balones de fútbol.
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