Los ministros electos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) recibieron los bastones de mando y servicio de parte de comunidades indígenas, dentro de una ceremonia tradicional llevada a cabo poder médicos tradicionales de los pueblos mazateco, otomí, mixteco, zapoteco, mazahua y wixarika.

«Quiero decirles que la situación que se vive en el sistema de justicia de nuestro país había tomado tonos y matices lamentables y desastrosos, eso animó la reforma judicial. Por eso las ministras y ministros que hoy integramos la nueva SCJN tenemos un mandato claro: sanear el poder judicial», mencionó el nuevo presidente de la Suprema Corte.

Luego de recibir su bastón de manos de una integrante del pueblo de San Agustín Tlacotepec, Oaxaca, el ministro presidente electo destacó el simbolismo que tiene el instrumento.

«Impone la obligación de hablar por los que no pueden hablar, defender a los que no se pueden defender», mencionó.

Además, recalcó que se debía rendir protesta ante el pueblo antes de acudir a rendir protesta ante el Senado, como lo mandata la Constitución.

«Hoy vamos a tener en unos momentos más nuestra protesta constitucional, vamos a instalar la Suprema Corte cumpliendo el mandato constitucional y legal. Pero también, hoy al recibir el bastón de mando, también protestamos frente al pueblo, también nos comprometemos ante el pueblo», expresó.

Médicos tradicionales de comunidades originarias realizaron una purificación a los nuevos integrantes de la Suprema Corte previo a la entrega de los bastones.

«Esta purificación para que usted salga adelante y para que, si hay una energía negativa, sea anulada», dijo una de las médicas tradicionales.

A su llegada al evento, los aplausos de los asistentes se concentraron en el ministro presidente Hugo Aguilar, así como en la ministra Lenia Batres, a quienes corearon «ministra del pueblo» y «es un honor estar con Hugo hoy».

Por la mañana, los bastones entregados fueron consagraron en la zona arqueológica de Cuicuilco, ceremonia a la que asistieron algunos de los ministros y sus familiares.

Antes de llevarse a cabo la ceremonia de purificación y entrega de los bastones, un contingente conformado por personas integrantes de comunidades originarias avanzó desde el hemiciclo a Juárez hasta el Zócalo.