Kamala Harris derrotó a Donald Trump en el debate del pasado martes en Filadelfia. Hay práctica unanimidad en eso tanto en las encuestas como entre los expertos. La euforia contenida se ha apoderado de los demócratas, mientras que contra Trump se han alzado algunas voces críticas,” incluso dentro de su partido. Hay una persona, sin embargo, que insiste en que ganó Trump: él mismo. El expresidente, que tampoco admite que perdió las elecciones de 2020, ha anunciado este jueves a través de su red social, Truth, que no habrá un nuevo cara a cara contra Harris.

“¡NO HABRÁ TERCER DEBATE!”, ha tuiteado con mayúsculas. Un nuevo debate sería el segundo enfrentamiento con Harris, pero el tercer duelo por la presidencia de esta campaña si se tiene en cuenta el que le enfrentó con Joe Biden el pasado 27 de junio en Atlanta (Georgia). Mientras, Kamala Harris, en Carolina del Norte, donde daba su primer mitin tras el duelo con Trump, ha dicho: “Creo que le debemos a los votantes otro debate, porque estas elecciones y lo que está en juego no pueden ser más importantes”.

Más de 67 millones de espectadores siguieron la retransmisión del martes, según datos de la cadena ABC y Nielsen. Más allá de confrontar propuestas y tratar de convencer a los indecisos, los debates sirven para movilizar al electorado e impulsar la participación. Los votantes trumpistas están, por lo general, más movilizados que los demócratas e independientes, de modo que un segundo debate podría perjudicar más a Trump con independencia de quién lo ganase.

Trump se ha extendido en su red social, aunque recurriendo a falsedades como argumento. “Cuando un boxeador pierde un combate, las primeras palabras que salen de su boca son: ‘QUIERO UNA REVANCHA’. Las encuestas muestran claramente que gané el Debate contra la Camarada Kamala Harris, la Candidata de la Izquierda Radical de los Demócratas, el martes por la noche, y ella inmediatamente pidió un Segundo Debate”, ha escrito, aunque las encuestas dicen todo lo contrario. Hay unanimidad en los sondeos relámpago mínimamente serios que se realizaron.

La encuesta de CNN/SSRS dio ganadora a Harris, según el 63%, frente a un 37% de Donald Trump. La de SoCal Strategies/On Point Politics/Red Eagle Politics, financiada por los republicanos, redujo la ventaja a un 53%-34%. La de YouGov tuvo como resultado un 54%-31%, siempre a favor de la candidata demócrata. Otro sondeo de dos días realizado por Reuters/Ipsos dice que Harris ganó por una diferencia de 23 puntos (54%-31%), pese a la insistencia de Trump en lo contrario, que ya ha sido hasta parodiada por los humoristas.

Kamala Harris acorraló a su rival, le puso a la defensiva, colocó sus mensajes y ejerció de fiscal bien entrenada que sometió a sus acusaciones a un rival que mordió todos sus anzuelos. Atacar su ego se convirtió en una fórmula mágica para descentrarle. Sin embargo, el efecto que todo eso tenga sobre los votantes es mucho más incierto.

La encuesta de Reuters/Ipsos publicada este jueves da una ventaja de cinco puntos (47%-42%) a Harris entre los votantes registrados, un punto más que la realizada en agosto. Una de Morning Consult le da también cinco puntos (50%-45%) y la de YouGov, cuatro (49%-45%), entre las más recientes publicadas. Pese a ello, en su mitin en Charlotte, Harris ha insistido en que no es la favorita.

“Bajo las luces brillantes, el pueblo estadounidense pudo ver la elección a la que se enfrentará este otoño en las urnas: entre avanzar con Kamala Harris o retroceder con Trump”, dijo en un comunicado la presidenta de la campaña de Harris, Jen O’Malley Dillon, tras el debate. “Eso es lo que han visto esta noche y lo que deberían ver en un segundo debate en octubre. La vicepresidenta Harris está preparada para un segundo debate. ¿Lo está Donald Trump?”, añadió.

Trump, por su parte, ha ido escurriendo el bulto durante dos días hasta su negativa firme. El propio martes, en su aparición sorpresa en el recinto donde estaba la prensa, ya sostuvo que Harris quería volver a debatir porque salió derrotada. Insistió en la misma idea el miércoles en una entrevista en Fox News. “Cuando un boxeador pierde, dice: ‘Quiero la revancha’. Yo no sé si quiero hacer otro debate”, dijo. Ahora, de nuevo con ese argumento, rechaza el tercer debate.

El expresidente se quejó de que los moderadores de ABC News, Linsey Davis y David Muir, habían sido “muy injustos”. En Atlanta, Trump felicitó a los presentadores de la CNN. En Filadelfia, protestó diciendo que había sido un debate de “tres contra uno”. El equipo que gana no se suele quejar del árbitro.

Trump llegó incluso a sugerir, sin base alguna, que le habían pasado a Harris las preguntas. “Tenían un programa amañado con alguien que tal vez incluso tenía las respuestas. Quiero decir, voy a ser honesto. La vi hablar, y dije, ya sabes, parece muy familiarizada con las preguntas”, dijo el miércoles en Fox News. Harris preparó el debate concienzudamente. Las preguntas fueron sobre economía, aborto, inmigración, política exterior, asalto al Capitolio… No había que ser adivino ni hacer trampas para imaginarlo.

Solo queda pendiente el debate entre los candidatos a vicepresidente, Tim Walz por parte de los demócratas y J. D. Vance por los republicanos. Se celebrará el próximo 1 de octubre en Nueva York, producido y retransmitido por la CBS.

En las elecciones de 2020 hubo dos cara a cara entre Trump y Biden. En las de 2016, tres duelos enfrentaron al propio Trump y a Hillary Clinton. Esta se cierra con dos debates. El primero pasará a la historia por haber conducido a la retirada de Joe Biden de la carrera por la reelección. El segundo, el celebrado el martes, será el único mantenido por quien llegue a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre.

La campaña de Harris se ha apuntado también otro éxito, esta vez en la caja registradora. Las donaciones en las 24 horas posteriores al debate alcanzaron los 47 millones de dólares (unos 42,5 millones de euros). Los demócratas están aprovechando fragmentos del debate para lanzar anuncios de su candidata. Harris se ha lanzado a hacer campaña por los Estados decisivos, con dos mítines en Carolina del Norte este jueves y uno en Pensilvania el viernes.