Alegorías

Por Jesús Huerta Suárez

Sobre los políticos mexicanos no escucho otra cosa más que mentadas de madre, que son de lo peor, que son unos rateros, unos sinvergüenzas vende patrias, que son ignorantes, advenedizos, traicioneros y una lista interminable de calificativos tan despreciables, que no hace más que obligarnos a detenernos y pensar; bueno si así como decimos que son nuestros representantes populares y funcionarios públicos que mediante el voto de la mayoría llegaron a ocupar el puesto que ahora ejercen, pues entonces ¿Los votantes se equivocan en cada elección? ¿O los políticos no son más que una muestra de lo que somos como sociedad?

Pienso que son como un espejo de lo que somos como comunidad, ni más ni menos, con más fallas que aciertos, por lo que la situación de corrupción, violencia, contaminación, fallas en los sistemas de salud, energía, agua y lo que gustes agregar que se vive en nuestro país, es responsabilidad de todos.

¿Cómo puedes creer que los que nos gobiernan saben cómo hacerlo?, si nosotros mismos ni siquiera sabemos cómo gobernar nuestras vidas, es más, no gobernamos ni nuestra mente que hace con nosotros lo que quiere, y en el más de los casos, nos hace sentir insatisfechos por todo.

¿O es que acaso creemos que los políticos son una clase superior de gente con más inteligencia o con más capacidad intelectual para resolver los problemas de una manera más efectiva que un ciudadano común?

¿No es cierto que a la hora de votar por tal o cual candidato dejas que tú subconsciente elija? Es decir, te vas con la finta y escoges al que luce más jovial, o más simpaticón, o canta bonito, o te recuerda a un actor (actriz) de cine o tiene el trasero que tanto te gusta, o es tu vecino (a), o es amigo(a) de un amigo de un amigo, o alguna cosa por el estilo, porqué, ¿de qué otra manera no nos explicamos cómo es posible que durante años México siga estancado en un tercer mundo donde uno de cada dos vive en la pobreza y medio más va que vuela.

Claro, sí claro, han habido avances, sí, pero muy pocos y muchas ocurrencias que nos cuestan miles de millones de pesos que le faltan a las áreas de salud, ciencia, cultura, educación y seguridad, principalmente, más que tenemos todo para ser un país de primer mundo… o casi todo.

¿No nos la pasamos quejándonos de la corrupción, de los malos y caros servicios públicos, de los malos servicios en los hospitales, de que los policías dan miedo, de que no te pagan lo justo, de que a pesar de ser productores pagamos más cara la gasolina que otros países que la importan, de que a “chuchita la bolsearon” y muchos otros problemas más?

…Y luego, luego, olvidamos cómo vinieron a pedirnos el voto poniendo carita de lástima y tú, en tu papel de perdona vidas se los diste, y una vez en el power, n´ombre, ni te pelan y te quieres morir. Luego se invierten los papeles, es decir, tu empleado que contrataste (al funcionario) se mete a tu casa y te saca de ella de una patada, y ¿tú qué haces?, quejarte y esperar otros 3-6 años para que te hagan ojitos y les des tu voto otra vez, y así, la historia que se ha venido repitiendo por cientos de años en nuestro México surrealista.

Pero si somos iguales, pues, que le pelamos, no nos interesa capacitarnos, no respetamos, no pensamos en otra cosa más que en la fiesta, queremos ser gobernadores con solo terminar la prepa, (Así como Ivonne Ortega lo fue en Yucatán, repítelo: Sí se puede, sí se puede).

¿A quién le importa? si después de todo somos iguales a los políticos que tanto criticamos, nomás que con una gran diferencia: Unos miles de pesos (millones en algunos casos), vale.

“No les pido que me den, sólo que me pongan donde hay”
Anónimo muy mexicano