El Senado de Estados Unidos aprobó este martes por el más estrecho de los márgenes el polémico plan fiscal y presupuestario del presidente Donald Trump, que ahora es devuelto a la Cámara Baja del Congreso para su revisión y voto final, con la presión de remitirlo al mandatario para su firma este próximo viernes.

El vicepresidente JD Vance rompió el empate 50-50 para lograr la aprobación. Los tres republicanos que se opusieron al proyecto de ley fueron los senadores Thom Tillis de Carolina del Norte, Susan Collins de Maine y Rand Paul de Kentucky.

El resultado culminó un fin de semana inusualmente tenso de trabajo en el Capitolio, con la prioridad legislativa del presidente tambaleándose entre la aprobación y el colapso.

La dificultad que enfrentaron los republicanos, que tienen la mayoría en el Congreso, probablemente no disminuirá.

El paquete ahora regresa a la Cámara de Representantes, donde el titular de esa instancia, Mike Johnson, advirtió a los senadores que no se desviaran demasiado de lo que su cámara ya había aprobado.

Pero el Senado hizo cambios, particularmente en Medicaid y reduciendo el impuesto a las remesas a 1%, arriesgando más problemas mientras buscan aprobar el proyecto antes de la fecha límite del 4 de julio fijada por Trump.

Thom Tillis, de Carolina del Norte, renunció el domingo 29 de junio a buscar la reelección tras oponerse de forma pública al proyecto y despertar las críticas de Trump.

«Los hechos importan, las personas también. El enfoque del Senado hacia Medicaid rompe promesas y echará a las personas que realmente necesitan de su servicio», declaró el legislador.