Se presenta como un “impresionante piso recién reformado”, tiene una decoración de revista y está enclavado en el barrio madrileño de Almagro. Con este señuelo, una inmobiliaria puso en venta el pasado viernes la vivienda en la capital española del expresidente mexicano Enrique Peña Nieto (2012-2018), según ha podido comprobar EL PAÍS.

La oferta se publicó en un portal inmobiliario horas después de que la Unidad Inteligencia Financiera (UIF) de México anunciara que la Fiscalía General de la República (FGR) investigaba al exmandatario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por cobrar presuntamente un millón de dólares (990.579 euros) a través de un esquema de transferencias irregulares.

Peña Nieto pide 652.918 dólares (650.000 euros) por su propiedad: una vivienda de 139 metros cuadrados radicada en el primer piso de una finca de aspecto clásico erigida en 1980.

El inmueble dispone de un gran salón con dos ambientes, una cocina abierta, dos baños y una terraza de 34 metros. “Es la joya”, asegura la agencia vendedora sobre este piso con techos de cuatro metros.

El dormitorio del inmueble tiene un baño suite y un amplio vestidor. “Es una vivienda impresionante, lista para entrar a vivir con muebles, electrodomésticos, todo incluido en el precio”, reza el anuncio. “Está en una zona con mucho encanto para ir de compras. Destaca la proximidad con el eje de Fuencarral y el Barrio de Salamanca”, añade el reclamo.

El inmueble del exmandatario se encuentra en una vía de viviendas antiguas y sin reformar que contrasta con el lujo, la calidad y el moderno diseño del apartamento. Su principal valor inmobiliario radica en estar situado a escasos 50 metros de la señorial calle José Abascal.

Este periódico ha intentado sin éxito recabar la versión del exmandatario mexicano, que reside en España.

La propiedad de Peña Nieto, que fue escriturada el 18 de septiembre de 2020, se adquirió sin hipoteca y gracias a una reforma posterior del inmueble, que convirtió el local comercial inicial en un “piso de lujo”, según reveló este periódico.

Fuentes cercanas al expresidente aseguran que pagó por esta vivienda algo más de 504.072 dólares (500.000 euros) a los que habría que añadir los gastos de la reforma y decoración de la casa.

Al pedir por la vivienda 650.000 euros, el margen de beneficio es escaso, según señalan expertos inmobiliarios. “La casa estuvo en obras hace más de un año. Son los de la embajada mexicana, vienen muy poco”, explica un empleado de un local próximo.

Peña Nieto ha utilizado esta lujosa vivienda apenas tres semanas, según distintos testimonios.

La adquisición del inmueble del barrio de Almagro posibilitó al expresidente conseguir una golden visa o visado dorado, un permiso de residencia en España para ciudadanos extracomunitarios que el Gobierno concede a los profesionales altamente cualificados, emprendedores o inversores que adquieran inmuebles de más de 500.000 euros (504.072 dólares), como fue el caso de Peña Nieto. El trámite fue aprobado en 2013 por el expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy. Y, desde entonces, ha permitido la rápida instalación en España de centenares de ciudadanos rusos, chinos o venezolanos.

Este periódico informó también de que el exmandatario, pese a haber adquirido esta propiedad, vivía en la exclusiva urbanización de Valdelagua, en el municipio madrileño de San Agustín de Guadalix (13.538 habitantes). Su residencia es un chalet levantado sobre una parcela de 2.500 metros cuadrados que figura a nombre de una constructora. Se trata de una firma que lo adquirió a través de una hipoteca de 889.500 euros y está controlada por un empresario con intereses en México y Chile.

Peña Nieto se encuentra en el centro de la diana después de que el pasado jueves Pablo Gómez, titular de la UIF —rama de la secretaría de Hacienda contra el blanqueo— anunciara que la FGR le investigaba por percibir un millón de dólares (990.579 euros) mediante un esquema que posibilitó el cobro en una cuenta en España entre 2019 y 2020, cuando el priista ya había abandonado el poder.

El exmandatario, según las pesquisas, contó con la ayuda de un familiar consanguíneo para ingresar este dinero tras abandonar el poder.

Las indagaciones vinculan también al exdirigente priista con dos empresas salpicadas por irregularidades fiscales y financieras. Peña Nieto es accionista con sus familiares de una de estas compañías. Una de ellas fue creada cuando el priista estaba en el poder.

La segunda empresa —según la investigación— está conectada con una multinacional que recibió contratos por más de 500 millones de dólares (496 millones de euros) del Gobierno federal durante el sexenio de Peña Nieto y movió sus fondos entre 2015 y 2021 en forma de transferencias a Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos.

El hedor de la corrupción del último sexenio priista no se extiende solo a Peña Nieto. Se proyecta también sobre otros miembros de su Gobierno. El que fuera director de Petróleos Mexicanos durante su Ejecutivo, Emilio Lozoya, se comprometió a entregar a la Fiscalía evidencias de los manejos de la constructora brasileña Odebrecht para comprar voluntades en México a cambio de adjudicaciones públicas.

Y el abogado y hombre de confianza del expresidente, Juan Collado, está siendo investigado por blanqueo en Andorra, donde movió más de 110 millones de dólares a través de un laberíntico entramado de 24 cuentas. Los agentes dudan del origen de su patrimonio.

Entretanto, Peña Nieto aseguró en sus redes sociales, tras conocer el último envite de la FGR contra él, que confiaba en las instituciones e imparcialidad del Gobierno de su sucesor, Andrés Manuel López Obrador.