La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán este martes como parte de su gira por Asia, pese a que China advirtió a EU que su ejército tomaría represalias si se concretaba este viaje.

El avión militar de Pelosi llegó al aeropuerto de Songshan a las 22:43 hora local, informó la Agencia Central de Noticias de Taiwán.

Taiwán enfrentó ciberataques antes de la llegada de Pelosi, y la oficina presidencial dijo que sufrió un bombardeo de 20 minutos en las primeras horas de la noche que fue 200 veces peor de lo habitual. El sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores también pareció enfrentar interrupciones periódicas.

El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo en un comunicado el martes que el ejército de la isla estaba preparado para enviar “fuerzas armadas apropiadas de acuerdo con la amenaza”, y agregó que estaba “determinado, confiado y capaz de garantizar la seguridad nacional”.

Pelosi es la política estadounidense de más alto rango en visitar Taiwán desde que el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, lo hiciera en 1997. Eso ocurrió poco después de la última gran crisis en el Estrecho de Taiwán, cuando China arrojó misiles al mar cerca de los puertos y el entonces presidente Bill Clinton envió dos grupos de batalla de portaaviones al área.

Pelosi visitará el parlamento de Taiwán el miércoles por la mañana, almorzará con la presidenta Tsai Ing-wen y también se reunirá con activistas por la democracia, según informes de los medios locales. La parada no anunciada previamente en Taiwán se produce después de que Pelosi encabezó una delegación del Congreso a Singapur y Malasia. Se dirigirán junto a Corea del Sur y Japón, dos aliados incondicionales de Estados Unidos.

El Ejército Popular de Liberación “no se quedará de brazos cruzados” si Pelosi visita Taiwán, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, el lunes, reiterando comentarios similares hechos por el Ministerio de Defensa la semana pasada.

“Su categoría como la funcionaria estadounidense número 3 significa que un viaje sería muy delicado”, dijo Zhao en una conferencia de prensa regular en Beijing.

En tanto, la Casa Blanca instó a China a no intensificar las tensiones con Estados Unidos en respuesta a la visita de la líder demócrata, lo que indica que la administración Biden se está preparando para que Beijing tome represalias.

China tiene una serie de opciones militares que distan de una invasión, y hay pocas señales de que Beijing esté planeando algo de mayor enevergadura. China ha respondido a visitas anteriores de funcionarios extranjeros con grandes incursiones en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán o a través de la línea media que divide el estrecho.

Taiwán y China se separaron en 1949 tras una guerra civil que terminó con la victoria de los comunistas en el territorio continental. No tienen relaciones oficiales, pero el comercio y las inversiones entre los dos suman miles de millones de dólares. Los dos dicen que son un solo país, pero discrepan en cuanto a cuál de los gobiernos tiene derecho a presidir el Estado nacional.