La madrugada del 16 de septiembre, en México se celebra el grito de Independencia. Un acto que tuvo lugar hace 212 años.
Así que un día como hoy pero de hace dos siglos, Miguel Hidalgo, quien era un líder de la insurgencia que se oponía a la subordinación de Nuevo México ante la Corona española, con un acto emblemático hace un llamado a iniciar la guerra de Independencia.
Si bien a este acontecimiento lo tomamos como el inicio de la Independencia de México, este movimiento ya tenía bastante tiempo gestándose por medio de las llamadas sociedades secretas.
En la Nueva España, durante esos años de inestabilidad, surgieron distintos movimientos y redes que buscaban la independencia de la Corona española. Y, su forma de operar por obvias razones, fue a través de sociedades secretas. Tal cual lo puedes imaginar, algunas personas que compartían ideas políticas independentistas, se reunían en secreto para planear cómo derrocar a los virreyes.
Dentro de las varias sociedades secretas que nacieron en esos días, fueron dos las más importantes para el movimiento de Independencia.
Sociedad Secreta el Águila
La primera, fue la sociedad secreta a la que perteneció Hidalgo, “El águila”, formada en Valladolid, actualmente Morelia. Miguel Hidalgo era un líder social, por decirlo de alguna forma, en el pueblo de la parroquia de Dolores, donde ejercía como sacerdote. Así que fue invitado a esta sociedad que tenía como objetivo reunir un congreso para gobernar la Nueva España.
Sin embargo, al poco tiempo, tan solo un año después Hidalgo se uniera, la sociedad fue descubierta. Ante la situación, no hubo más que improvisar el inicio de la Independencia, por lo que Hidalgo llevó a cabo el acto que ya conocemos bien, con el estandarte de la Virgen de Guadalupe.
Si bien el movimiento tuvo un gran arranque juntando un ejército de aproximadamente 40 mil personas, las cosas se comenzaron a complicar para los insurrectos al poco tiempo. El 11 de enero de 1811, Hidalgo fue derrotado cerca de Guadalajara por las fuerzas realistas, capturado y condenado a muerte.
Sociedad secreta Los Guadalupes.
Tras la muerte de Hidalgo surge otra sociedad secreta que sería decisiva para el desenlace de la Independencia de México, Los Guadalupes.
Los Guadalupes se nombraron así en 1811, como símbolo de oposición al ejército de la corona que había adoptado como estandarte a la Virgen de los Remedios. Su particularidad consistió en la pluralidad de sus integrantes. Se dice que los Guadalupes estaban conformados por personas de distintas clases sociales, y además, cosa revolucionaria para ese momento de la humanidad, también había mujeres dentro de sus filas.
Una de estas personas, fue la hasta hace poco reconocida, Leona Vicario, una joven mujer (en esos momentos tenía 21 años) heredera de una gran fortuna y perteneciente a la clase aristócrata de la Nueva España, que sin embargo, tenía ideas independentistas. Leona contribuyó en la logística del movimiento, los Guadalupes establecían redes de información que daban cabida a la comunicación entre los líderes, y Leona fue quien se encargó de orquestar una correspondencia bilateral con Morelos.
Leona, se convirtió en una líder de la sociedad de los Guadalupes, y organizó la red de mensajería que permitía saber a las fuerzas de José María Morelos cuáles eran los movimientos de las tropas enemigas. Vicario, empleó su fortuna en financiar la lucha por la independencia, dio refugio a fugitivos insurgentes, y uno de sus actos más emblemáticos, fue su intento de crear una imprenta para producir y distribuir información de los ideales independentistas.
Vicario fue descubierta y encarcelada por el ejército virreinal, dándose a la fuga después y convirtiéndose en uno de los personajes más importantes en la historia de la independencia de México. Su importancia no solo radica en el papel fundamental que jugó durante la lucha de la Independencia, también, es reconocida como una de las primeras mujeres en ejercer un liderazgo político, y defender públicamente la idea esencialista que envolvía y todavía envuelve a las mujeres como personas más sentimentales que racionales.
Una vez consumada la Independencia, Leona Vicario recibió varios ataques de la prensa, entre los que destacan la carta que el entonces ministro en el gobierno de Anastasio Bustamante, Lucas Alamán, publicó en 1831. En esta Carta Alamán aseguraba que si Vicario se unió a los rebeldes había sido por seguir a Quintana Roo, su esposo, en un impulso de «heroísmo romántico», más que por tener una convicción política propia.
A lo que Leona respondió:
“Confiese usted Alamán, que no solo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres…Mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuado que así serán todas las mujeres, exceptuando a las muy estúpidas, o a las que por efecto de su educación hayan contraído un hábito servil. De ambas clases también hay muchísimos hombres».
Que las fiestas y conmemoraciones patrióticas sirvan para ir reconstruyendo un nuevo México, en el que la igualdad y libertad verdadera se alcancen al tiempo de recuperar la historia.