El pasado fin de semana se llevaron a cabo en al menos 25 ciudades del país, marchas en oposición a la iniciativa de reforma en materia electoral enviada a las cámaras desde Abril de este mismo año por el Presidente López Obrador, la cual comenzó su discusión en la Cámara de Diputados la semana pasada.
La marcha fue convocada por la organización Frente Cívico Nacional, conformada por legisladores, ex legisladores, ex candidatos a la Presidencia de la República, activistas y ex dirigentes de partidos. Quienes la conforman aseguran que se trata de una alianza para competir en las elecciones de 2024.
El evento tuvo una gran convocatoria, que inundó las redes sociales de imágenes de la marcha llamada “Yo defiendo al INE” y con ellas, como ya es costumbre llegó la polarización a las redes sociales. Por un lado estuvieron quienes se pronunciaron en rechazo a la reforma electoral. Y por el otro, quienes calificaron esta marcha como una muestra del clasismo que existe en nuestra sociedad.
Esta crítica fue encabezada por el mismo presidente López Obrador, quien calificó la marcha de “striptease político del conservadurismo”.
“La defensa del INE fue una excusa, una bandera, pero en el fondo los que se manifestaron ayer lo hicieron en contra de la transformación que se está llevando en el país. Lo hicieron a favor de los privilegios que tenían antes del gobierno que represento. Lo hicieron a favor de la corrupción, el racismo, el clasismo, la discriminación”, declaró el presidente.
¿De qué se trata la reforma en materia electoral propuesta por AMLO?
Estos son los 10 puntos principales de la reforma propuesta por la Presidencia:
Modificar el ahora Instituto Nacional Electoral, para convertirlo en el Instituto Nacional Electoral y de Consultas. Organismo que seguiría gozando de autonomía.
Reducir el número de diputados, de 500 a 300.
Reducir el número de senadores, de 128 a 96.
Los consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) serían propuestos por los tres poderes de la Unión y elegidos por medio de voto popular.
Recortar el número de consejeros del INE de 11 a 7.
Recortar el financiamiento público para partidos políticos, otorgando presupuesto solo para campañas electorales.
Reducir a 30 min diarios la propaganda política en radio y televisión.
Disminuir la participación en una consulta popular de 40 a 33 por ciento para que sea vinculante.
Eliminar los órganos electorales locales.
Implementar el voto electrónico.
La iniciativa propuesta por el ejecutivo ha dado espacio a una gran polémica acerca de lo que sucedería con la democracia del país en caso de aprobarse dicha reforma. Y sobre todo se ha viralizado el argumento de que la reforma desaparecería al INE.
Lo primero que hay que decir, es que si bien este argumento funciona como detonador de la gran movilización del fin de semana pasado, no es del todo cierto. Y, el problema con los encabezados sensacionalistas es que desvían de una discusión verdaderamente informada y crítica, en temas importantes que nos atañen a todos y todas las mexicanas, como es la democracia del país.
Si bien la reforma enviada desde la presidencia, contiene varios puntos que pueden ser muy cuestionables, sobre todo los que giran en torno a la representación de los partidos minoritarios, no podemos negar que al sistema de partidos de nuestro país le urge una reforma.
¿Qué pasó después de la marcha?
Las discusiones llevadas a cabo en el pleno de la Cámara de Diputados, no alcanzaron los votos necesarios para lograr la mayoría calificada que necesitan las reformas en materia constitucional para ser aprobadas. Por lo que López Obrador dijo ya contemplar un Plan B para que se lleven a cabo las reformas modificando únicamente leyes secundarias, para lo que se requiere solamente una mayoría simple.
Probablemente, que la reforma no alcanzara la mayoría que necesitaba no sea una consecuencia de las marchas llevadas a cabo el domingo pasado, ya que los diputados opositores ya habían declarado su postura en contra de dicha reforma. Sin embargo la gran convocatoria que tuvo esta manifestación, es un síntoma de los errores que ha tenido el gobierno de López Obrador.
Conclusiones
No podemos ignorar el hecho de que en nuestro país habita un racismo internalizado difícil de exterminar, y que expresiones que podrían parecer inofensivas reproducen patrones discriminatorios que afectan a la mayor parte de la población de nuestro país. El ejemplo más claro y viral fue el de una mujer que dirigiéndose al Presidente declaró: “¡Indio de Macuspana, tienes unas patas rajadas que ni el mejor zapato que te pongas te quita lo naco, pendejo!” en medio de aplausos y ovaciones.
Por otro lado, el presidente no debería minimizar las expresiones en contra de su gobierno. Porque aunque López Obrador afirme que “no hubieran llenado ni la mitad del Zócalo capitalino” (las cifras son confusas, y diversos medios calculan de 12,000 asistentes a 600 mil, esta última cifra dada por el Frente Cívico Nacional, quien convocó a la marcha.), lo que no se pone en duda es que el número de manifestantes en contra de su gobierno ha ido en aumento.
Así mismo es necesario encontrar la manera de que la política nacional deje de basarse en opiniones extrapoladas y títulos sensacionalistas para que las decisiones que afectan a nuestro país se tomen desde la razón y no desde los intereses particulares y políticos. Los cambios no deben estar satanizados, por el contrario, para el mejoramiento y progreso de las instituciones, es necesario que estás se renueven y actualicen constantemente. Sin duda lo que se necesita es una discusión seria, que involucre a la sociedad civil y que vea por el interés de la mayoría de las y los mexicanos.