Los incendios forestales que avanzaron rápidamente por el extremo norte de Texas la madrugada de este miércoles provocaron evacuaciones, dejaron a miles de personas sin electricidad y obligaron a cerrar temporalmente una instalación de armas nucleares mientras los fuertes vientos, la hierba seca y las temperaturas inusualmente cálidas alimentaban las llamas.

Un número desconocido de viviendas y otras estructuras quedaron destruidas o dañadas en el condado Hutchinson, según responsables locales de emergencias. Pantex, la principal instalación que ensambla y desmonta el arsenal nuclear de Estados Unidos, suspendió sus operaciones el martes por la noche antes de indicar que reabriría el miércoles.

El gobernador, el republicano Greg Abbott, emitió una declaración de desastre para 60 condados, mientras el incendio más grande, el fuego de Smokehouse Creek, quemó cerca de mil 200 kilómetros cuadrados, según el Servicio Forestal de Texas A&M. Eso es más del doble de su tamaño desde que el fuego se desató el lunes.

Las autoridades no han dicho qué podría haber causado el incendio, que arrasó condados escasamente poblados rodeados de llanuras.

La previsión meteorológica daba algo de esperanza a los bomberos: temperaturas más bajas, menos viento y la posibilidad de lluvia para el jueves. Pero por el momento, la situación era dura en algunos lugares.

“Se insta a los texanos a limitar las actividades que puedan generar chispas y a tomar precauciones para mantener a salvo a sus seres queridos”, dijo Abbott.

La planta de Pantex, al nordeste de la ciudad de Amarillo, evacuó a su personal no esencial el martes por la noche como medida de precaución, dijo Laef Pendergraft, portavoz de la Oficina de Producción de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, durante una conferencia de prensa el martes por la noche.

La planta, que es de hace mucho el principal centro de montaje y desmontaje de bombas atómicas de Estados Unidos, completó su último explosivo en 1991 y ha desmantelado miles de armas desde entonces.

El centro escribió en la red social X el miércoles por la mañana que la planta “está abierta para las actividades normales del turno de día” y que todo el personal debía presentarse de acuerdo a su horario asignado.

En Borger, una población de unas 13 mil personas al norte de Pantex, responsables de emergencias del condado Hutchinson tenían previsto organizar un convoy para llevar a los evacuados de un refugio a otro ante la previsión de cortes de luz y temperaturas nocturnas por debajo de los 0 grados centígrados.

Mientras crecía el número de órdenes de evacuación, responsables locales y regionales daban información en vivo en Facebook y trataban de responder a preguntas de vecinos asustados.

Las autoridades pidieron a la población que activara las alertas de emergencia de sus celulares y estuviera lista para evacuar de inmediato. Algunas carreteras tenían fuego a los dos lados y los recursos estaban al límite de su capacidad, añadieron.

El senador estatal de Texas, Kevin Sparks dijo que se había ordenado evacuar Canadian, una población de unas 2 mil personas unos 160 km al nordeste de Amarillo. Más tarde, el martes, la policía del condado Hemphill instó a cualquiera que siguiera en Canadian a refugiarse donde estaba o en el gimnasio de la escuela secundaria porque las carreteras estaban cortadas.

También se ordenaron evacuaciones en otras poblaciones al nordeste de Amarillo. Responsables de bomberos al otro lado de la frontera estatal, en Durham, Oklahoma, instaron a la gente a evacuar.

Al menos algunos residentes de la pequeña ciudad de Fritch, en el condado Hutchinson, recibieron orden de marcharse el martes por la tarde porque otro fuego había cruzado una autopista.