Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón

Cuántas veces ha escuchado usted, lector alguna de las siguientes afirmaciones: a los jóvenes no les interesa la política, las nuevas generaciones solo se preocupan por ellos y su comodidad, a la juventud cada vez le importa menos lo que pasa en su comunidad. Si usted como yo ha escuchado estas y muchas más frases sobre la apatía que existe en la juventud para cualquier cuestión referente a lo público, déjeme decirle que, mientras estas líneas se escriben y el vaivén del día a día nos oculta una verdad silenciosa que parece crecer poco a poco, miles de jóvenes a nivel nacional se organizan para salir a protestar principalmente por la situación que guarda el país, detonado en gran medida por el reciente asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.

Seguramente usted también se podrá preguntar ¿de qué se pueden quejar estas generaciones?, si los tiempos actuales son mucho más llevaderos que los del pasado. En primera instancia debemos comprender las diferentes generaciones y las circunstancias que las marcaron. Por ejemplo, la generación de los “Baby Boomers” o la generación “X”, caracterizadas por el crecimiento demográfico en las grandes ciudades del país y por vivir en una etapa de bonanza económica y de relativa paz, pasando a generaciones como los “millennials” marcados por el inicio de la etapa tecnológica, hasta llegar a la generación “Z”, quienes se encuentran en los nacidos entre 1997 y 2012, jóvenes que nacieron con la tecnología a la mano y que en la actualidad se encuentran en una especie de incomprensión por las generaciones que les antecedieron llamándoles en muchas ocasiones “generación de cristal”, entre muchas otras cosas por la llegada de nuevas afecciones a la salud mental, el interés por el medio ambiente, la sostenibilidad y la igualdad.

Volviendo al tema, esta generación en apariencia dormida y desinteresada y que, además son quienes comienzan a vivir una vida adulta, se enfrentan en la actualidad a retos que no le tocaron a generaciones anteriores tales como la inseguridad en su juventud, la falta de empleos bien remunerados, la crisis habitacional, el acceso a servicios de salud, la carencia de interés en los temas de salud mental, entre muchos otros que mantienen a los jóvenes de la generación “Z” en una especie de aislamiento en la sociedad.

Sin embargo, recientemente hemos visto cómo, al parecer, los jóvenes han comenzado a involucrarse en los temas de la comunidad, sobre todo en lo político, entendido este como lo que nos afecta a todos, por lo que, el reciente levantamiento provocado en gran medida por el hartazgo generado por el asesinato de un Presidente Municipal al que consideraban honesto y diferente, parece haber despertado a una generación aletargada bajo el símbolo de la serie de anime conocida como “One Piece” la cual hace referencia a un joven pirata que con su sombrero de paja (similar al usado por Carlos Manzo) busca instaurar un nuevo régimen en el mundo de los piratas.

Fue justamente esta serie la que los jóvenes utilizaron como símbolo para abanderar su causa, la cual sin un fin o un decálogo claro de qué es lo que buscan, promete ser un inicio del involucramiento juvenil en los temas que son de todos, lo que significa un gran avance, sobre todo si nos damos cuenta de que siempre, en todo lo que involucra incidencia social, son las juventudes las que menos participan.

Por último, vale la pena mencionar un par de temas. En cuanto a las posibles consecuencias o efectos políticos de este movimiento, aún es pronto para saberlo; sin embargo, es importante reconocer que cuando la juventud se moviliza, puede convertirse en un factor de cambio para las demás generaciones. Por otro lado, la intervención de los partidos políticos, en su intento por jalar agua a su molino, podría terminar por matar un movimiento que no termina de nacer.

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