Aunque triunfal, Óscar Valdez dejó ver que sigue lejos de su mejor versión. El boxeador de Nogales, Sonora, superó por decisión unánime en su tierra natal al estadunidense Ricky Medina.
Un tanto controvertido el resultado del dos veces olímpico (33-3), al no ser contundente sobre Medina (16-4), en la pelea pactada a 10 rounds en el peso de las 130 libras.
Las expectativas eran grandes sobre el mexicano, especialmente por el ánimo que ha manifestado por levantar su carrera y repetir un cetro mundial. Sin embargo, el proceso de adaptación al trabajar de nueva cuenta bajo las órdenes de Manny Robles le está costando.
Comenzó bien Valdez. Fajador y midiendo las distancias de Medina, que en el tercer episodio comenzó a sentir la potencia de los puños del rival, incluso le tumbaron el protector bucal.
Ligera superioridad que alcanzó hasta el sexto round, en el que Óscar Valdez agotó sus mejores combinaciones y la fuerza para castigar el rostro del rival, quien terminó por retroceder en los últimos segundos del séptimo episodio, en el que volvió a perder un protector bucal.
En el noveno asalto, la figura de Valdez era rebasada por el cansancio. Conectaba de manera aislada, las energías no le daban para mejores combinaciones, recurriendo al abrazo para cortar la enérgica respuesta de “El Castigador” Medina, quien amenazaba en remontar en las tarjetas de los jueces.
Sin embargo, ambos púgiles cerraron la pelea estelar sin brillo, unos cuentos volados reservados para los segundos finales, aunque la euforia del público hizo valer con ovaciones el respaldo incondicional para su peleador de 34 años.