Las dos medallas de París 2024 con las que Osmar Olvera se ha convertido en un clavadista histórico para México tienen como esencia la inspiración en Joaquín Capilla, el padre de esta disciplina en el país, y el trabajo de la entrenadora china Ma Jin, quien ha ganado cuatro preseas olímpicas con los tricolores.
Admiro a Capilla por su carrera deportiva, una de mis metas es alcanzarlo. Es mi motivación ver que cada vez estoy más cerca de estar en su nivel, dijo Olvera. No sólo me gané un respeto en esta competencia, ya venía haciéndolo en torneos pasados, ahora a seguir mejorando para que nos den el oro.
Con mariachis al son del Cielito lindo, Olvera fue recibido por familiares, amigos y medios de comunicación en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad México tras su experiencia en los Juegos de París. El clavadista era el último de la delegación tricolor que faltaba por retornar desde Francia.
Con una actuación casi perfec-ta en lo técnico y que reflejó gallardía en lo anímico, Olvera conquistó la plata junto con Juan Celaya en la prueba de clavados sincronizados desde el trampolín de tres metros. Fue una proeza en la que acecharon todo el tiempo a los representantes de China, que se llevaron el oro por apenas cuatro puntos de ventaja.
Unos días después subió de nueva cuenta al podio, esta vez al obtener el bronce en la prueba individual, donde también hizo sufrir a los representantes asiáticos que lograron conseguir el oro y la plata.
Con estos metales hizo historia como el segundo clavadista mexicano que consigue dos preseas en una misma edición olímpica. El primero fue precisamente Joaquín Capilla, quien obtuvo cuatro, dos de ellas en Melbourne 1956, cuando ganó oro y bronce.
Osmar fue el atleta tricolor con mejor actuación en la reciente justa veraniega, aun cuando varios de los deportistas de disciplinas acuáticas se vieron afectados por una polémica en la cual han estado involucrados la Federación Mexicana de Natación, el organismo internacional World Aquatics, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte y el Comité Olímpico Mexicano.
Espero que con estas medallas nos sigan apoyando no sólo a mí, sino a todos los deportistas nacionales. Que estas preseas sirvan para tener a un México unido, apuntó.
Olvera es el nuevo referente de los clavados, el deporte que más medallas olímpicas le ha dado al país, con 17 metales. Es una de las pocas disciplinas en la cual los tricolores suelen llegar a las competencias como serios contendientes al podio.
Además de Olvera y Capilla, otros cuatro tricolores subieron más de una vez al podio en una misma justa veraniega: Humberto Mariles (tres oros en equitación, en Londres 1948), Rubén Uriza (plata y bronce en equitación, en Londres 1948), Joaquín Pérez de las Heras (dos bronces en equitación, en Moscú 1980) y el marchista Raúl González (oro y plata, en Los Ángeles 1984).
La guinda para Olvera es también haberse convertido con apenas 20 años de edad en el multimedallista mexicano más joven en una misma edición olímpica. Desde Fernan-do Platas en Sídney 2000, México no había tenido un clavadista que ganara una medalla en la prueba individual en el trampolín de tres metros.
Mancuerna triunfadora
Los logros de Osmar tienen el impulso de la entrenadora de origen chino Ma Jin, quien ha sido clave en años recientes para que México se consolide como potencia internacional en los clavados. Bajo su guía han ganado medallas Paola Espinosa, Alejandra Orozco y ahora Olvera.
Ma Jin es muy importante para los clavados mexicanos. A mí también me ha ayudado, si no fuera por ella no tendría estos resultados. Le gusta exigirse tanto a ella como a nosotros. Hacemos una gran mancuerna, esa es la clave de su éxito, siempre quiere más, aseveró.
Toda el aura de Olvera es un reflejo de convicción y hambre deportiva. En cada frase revela sus ambiciones al asegurar que ha demostrado que se puede competir contra China, la potencia en clavados. Sus declaraciones las refuerza con una mirada en la que revela una advertencia de pelea por conquistar el oro en Los Ángeles 2028.
“Es muy importante trabajar la mentalidad, hacerla cada vez más fuerte. Me gusta competir contra los chinos, contra los mejores, eso me ayuda. Voy ganando relevancia en los clavados ante los jueces, de cara a Los Ángeles llegaré con un nombre más grande, me gusta que cada vez haya más expectativas sobre mí».