Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón

Próximos a cerrar el proceso electoral del año en curso con la entrega del acta de mayoría a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quienes se encuentran afilando navajas, (y también los dientes), son aquellas agrupaciones que, según sus cálculos, cuentan con la fuerza suficiente para crear nuevos partidos políticos en nuestro país con la finalidad de ganarse un lugar en el sistema político mexicano.

En nuestro país, el sistema de partidos se había conformado principalmente por una tríada de institutos que, con la caída de uno de ellos, el PRD, la reconformación de las fuerzas políticas nacionales ha comenzado a mover el tablero, sobre todo, después de la debacle que han sufrido el PRI y el PAN en entidades donde hasta no hace muchos años eran prácticamente invencibles, abriendo así la puerta a nuevas formaciones e ideologías, para las cuales, según la legislatura vigente, es necesario contar con requisitos que pudieran parecer relativamente sencillos, sobre todo, si nos damos cuenta que en la actualidad México cuenta con seis partidos políticos con registro nacional y más de ochenta partidos locales, siendo estos requisitos contar con estatutos y programa de acción, 3 mil afiliados en por lo menos 20 entidades, y más del 0.26% de afiliados con respecto al padrón nacional, es decir, poco más de 230 mil personas, siendo necesario rebasar tan sólo el 3% de la votación para subsistir y acceder a prerrogativas y prebendas respectivas.

Pero bien, todo este entramado de leyes e instituciones tiene como fin representar a los ciudadanos en la toma de decisiones, por lo que, los partidos políticos se convierten en instrumentos por los cuales los ciudadanos que se identifiquen con las banderas que enarbolan dichas instituciones pueden competir para un cargo público, o de igual manera, pueden optar por darles su confianza en el voto para que les representen en alguna de las posiciones en disputa para el poder legislativo o ejecutivo, debido a lo cual, el tener mayor opción de partidos, significa, según los legisladores mexicanos, una oportunidad para que los mexicanos se sienten identificados y representados por la amplia baraja de partidos políticos.

Sin embargo, podemos analizar casos como los de Estados Unidos, donde, a pesar de contar con varios partidos políticos, el ciudadano americano se identifica mayoritariamente por sólo un par de opciones, Republicanos o Demócratas, facilitando así la toma de decisiones, sin perder de vista las diferencias sistémicas que existen con el país del norte como la financiación de partidos, siendo está privada en el caso americano y en el caso mexicano con un modelo mixto principalmente dominado por el financiamiento público.

Este año tal financiamiento para los partidos políticos nacionales fue de más de 7 mil millones de pesos, suficiente como para abrir más de 9 hospitales similares al inaugurado recientemente por el IMSS en Tláhuac con capacidad para atender a 300 mil derechohabientes. En enero próximo veremos como diversas asociaciones, dentro de las cuales se pronostica estarán la conocida como “Marea Rosa” y la opción conservadora de Eduardo Verastegui, buscarán cumplir con los requisitos para ser parte del sistema de partidos mexicanos, por lo cual, en un país con múltiples necesidades, levantar la barra de requisitos para formar y mantener partidos políticos y, por ende, achicar la bolsa para su financiamiento, deberá ser parte de los debates a escuchar de los próximos representantes en el Congreso de la Unión.

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