Columna Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón
La respuesta lógica para la pregunta de, ¿Hacia dónde va Cajeme?, debería ser: hacia adelante, ya que, el avance del tiempo por lo general trae consigo el progreso de las sociedades que siempre están en búsqueda de mejoras económicas y sociales para tener una mejor calidad de vida.
Sin embargo, durante los últimos años, más precisamente durante la última década, existe en Cajeme un sentir generalizado en el que la desesperanza ha permeado en los casi medio millón de habitantes del, hasta el momento, el segundo municipio más importante de Sonora, en el que la percepción de un estancamiento ha calado en lo más profundo del orgullo de quienes habitan esta región otrora conocida por la bonanza económica, la limpieza y pulcritud del espacio público, el correcto trazado de su mancha urbana, la tranquilidad y, un sinfín de condiciones que hacían ver a Cajeme como punta de lanza y destino para miles de familias que en antaño voltearon a ver a esta ciudad como el lugar ideal para asentarse y cumplir sus sueños.
En esta dinámica en la que, la percepción de los ciudadanos es influenciada en gran medida por los medios masivos de comunicación y el estallido que provocan noticias precisas e imprecisas, es importante hacer una pausa en el camino para, con criterio y seriedad, hacer un balance lo más profundo posible sobre la situación actual que guarda el municipio de Cajeme, así como también, ahondar en las causas que lo pusieron en esta situación sean estas positivas o negativas y, sobre todo, realizar un plan para llevar al municipio al lugar donde todos queremos posicionarlo.
En el camino del análisis, recientemente me encontré con una comparación publicada en diversos medios de comunicación por el Presidente del Colegio de Economistas de Sonora, Javier Villegas Orpinela, quien asegura que, Los Mochis, ciudad con la que por motivos como la cercanía y la similitud en diversos aspectos con Cajeme, se ha utilizado como medida de equiparación para fijar un criterio de cómo va nuestra comunidad, ha rebasado de manera clara a Cajeme, asegurando que la caída ha sido pronunciada basándose en los siguientes datos:
- El PIB de Cajeme al 2023 fue de 112 mil 196 millones de pesos y el de Ahome de 124 mil 77 millones.
- De 1980 al 2020, la tasa anual promedio de crecimiento poblacional de Ciudad Obregón es del 2.1% mientras que la de Los Mochis es del 3.0%.
- Actualmente el salario promedio mensual es de 8 mil 620 pesos y 9 mil 190 pesos, respectivamente (factor que desanima la estancia de los jóvenes en Obregón).
Asimismo, es preciso agregar a esta información que proporciona Villegas Orpinela que, Cajeme cuenta también con condiciones que le hacen competitivo en el plano nacional e internacional ya que, siguiendo con el proceso de política comparada con la ciudad de Los Mochis, Cajeme cuenta con 18 universidades, mayor cercanía a la frontera, entre otras condiciones, que han provocado que en 2023 las ventas internacionales de Cajeme fueran de $899 millones de dólares, en contraste con los $338 millones de dólares que registró Ahome, es decir, más del doble.
Como se ha afirmado, “no hay viento favorable para un barco que no tiene rumbo”, por lo tanto, los Cajemenses debemos de fijar con claridad el rumbo que debe de seguir la ciudad que se encuentra apunto de cumplir su primer centenario de vida el próximo mes de noviembre de 2027, por lo cual, aprovechar el viento favorable que nos brinda el destino con la relocalización de empresas y aprovechar al máximo el potencial de los cientos de jóvenes que año con año egresan de las universidades cajemenses, serán el combustible que brinde la energía necesaria para avanzar hacia adelante.
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